Estudiante: ______________________________________________Grado:
______ Jornada ______ Fecha: ___________
ACTIVIDAD EN CLASE: UNO, LEER DETENIDAMENTE CADA UNO DE
LOS PÁRRAFOSENUMERADOS DEL 1 AL 6. DOS, POR CADA PÁRRAFO LEÍDO Y ENUMERADO
CONSTRUIR UNA PREGUNTA ICFES TIPO I. TRES, CONTESTAR GRÁFICADAMENTE EL NUMERAL SIETE. CUARTO, ENVIAR EL PRODUCTO
FINAL DEL PRESENTE TALLER AL ESP. ARCESIO QUINTERO DOCENTE. CORREO: arcesioquintero@hotmail.com y
teléfono: 314-414-9700.
1. "El
Óbolo de San Pedro es la expresión más típica de la participación de todos los
fieles en las iniciativas del Obispo de Roma en beneficio de la Iglesia
universal. Es un gesto que no sólo tiene valor práctico, sino también una gran
fuerza simbólica, como signo de comunión con el Papa y de solicitud por las
necesidades de los hermanos; y por eso vuestro servicio posee un valor muy
eclesial" (Discurso a los Socios del Círculo de San Pedro (25 de febrero
de 2006).
2. El
valor eclesial de este gesto resulta evidente si tenemos en cuenta que las
iniciativas caritativas son connaturales a la Iglesia, como ha indicado el Papa
en su primera Encíclica Deus caritas est (25 de diciembre de 2005): "La
Iglesia nunca puede sentirse dispensada del ejercicio de la caridad como
actividad organizada de los creyentes y, por otro lado, nunca habrá situaciones
en las que no haga falta la caridad de cada cristiano individualmente, porque
el hombre, más allá de la justicia, tiene y tendrá siempre necesidad de
amor" (n. 29).
3. Se trata siempre de
una ayuda animada por el amor de Dios: “Por tanto, es muy importante que la
actividad caritativa de la Iglesia mantenga todo su esplendor y no se diluya en
una organización asistencial genérica, convirtiéndose simplemente en una de sus
variantes” […]. “El programa del cristiano – el programa del buen Samaritano,
el programa de Jesús – es un « corazón que ve ». Este corazón ve dónde se
necesita amor y actúa en consecuencia”. (ibíd., n. 31).
4. Los Pontífices
anteriores habían prestado ya una particular atención al Óbolo como una forma
de apoyo de los creyentes al ministerio de los sucesores de San Pedro al
servicio de la Iglesia universal. Juan Pablo II, por ejemplo, lo había
expresado así: “ Conocéis las crecientes necesidades del apostolado, las
exigencias de las comunidades eclesiales, especialmente en tierras de misión, y
las peticiones de ayuda que llegan de poblaciones, personas y familias que se
encuentran en condiciones precarias. Muchos esperan de la Sede Apostólica un
apoyo que, a menudo, no logran encontrar en otra parte. Desde esta perspectiva,
el Óbolo constituye una verdadera participación en la acción evangelizadora,
especialmente si se consideran el sentido y la importancia de compartir
concretamente la solicitud de la Iglesia universal” (Juan Pablo II al Círculo
de San Pedro, 28 de febrero de 2003).
5. Los donativos de los
fieles al Santo Padre se emplean en obras misioneras, iniciativas humanitarias
y de promoción social, así como también en sostener las actividades de la Santa
Sede. El Papa, como Pastor de toda la Iglesia, se preocupa también de las
necesidades materiales de diócesis pobres, institutos religiosos y fieles en
dificultad (pobres, niños, ancianos, marginados, víctimas de guerra y desastres
naturales; ayudas particulares a Obispos o Diócesis necesitadas, para la
educación católica, a prófugos y emigrantes, etc.).
6. El criterio general
que inspira la práctica del Óbolo se remonta a la Iglesia primitiva: “La base
primaria para el sostenimiento de la Sede Apostólica está representada por los
donativos que espontáneamente hacen los católicos de todo el mundo, y
eventualmente también otros hombres de buena voluntad. Esto corresponde a la
tradición que tiene origen en el Evangelio (cf. Lc 10,7) y en las enseñanzas de
los Apóstoles (cf. 1 Co 9, 11)” (Carta de Juan Pablo II al Cardenal Secretario
de Estado, 20 de noviembre de 1982).
7. DISEÑO CON UN GRÁFICO SENCILLO DIBUJADO POR USTED EN
DONDE ILUSTRA BREVEMENTE LA IDEA QUE EN SU MENTE TIENE DE ÓBOLO DE SAN PEDRO
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